lunes, 24 de marzo de 2014

Decenas de personas toman Sol para dar continuidad al 22M en la Acampada Dignidad


Lo que en principio era una convocatoria para recorrer los distintos ministerios y protestar por los asuntos relacionados con cada uno, finalmente se ha convertido en una manifestación lineal de unas mil personas que ha ido por el paseo de la Castellana, de la parada de Metro de Cuzco a la de Nuevos Ministerios, para acabar con una serie de discursos y la alarma de que la Policía ha intentado evitar que se monte la Acampada Dignidad que llevaba fraguándose en Sol desde la noche del día 23.

La manifestación de la tarde estaba convocada para el día 25, pero se ha adelantado ante la imposibilidad de rodear la Bolsa por la proximidad con el sepelio de Adolfo Suárez en el Congreso, acción programada para este lunes. La protesta llevaba a la cabeza a un exahusto Diego Cañamero, que ha comenzado muy temprano la jornada en la concentración de apoyo a los detenidos en los juzgados de Plaza de Castilla. 


Al llegar la marcha a Nuevos Ministerios, los organizadores han comunicado que la Policía no podía dejarles continuar, por lo que varios oradores han procedido a enunciar una serie de discursos llamando a la reivindicación de la renta básica universal, los servicios públicos y el rechazo al pago de la deuda. Mientras se producían las prédicas, del grupo allí reunido han comenzado a lanzarse gritos de aviso de que muchos furgones de la Policía estaban llegando a Sol para desalojar la acampada que había sido instalada. 


Tras unos momentos de impaciencia y alocuciones apresuradas, un grupo de más de cien manifestantes se ha dirigido a pie al kilómetro 0 coreando las clásicas consignas. Al aproximarse a la plaza, a la altura de Gran Vía, de los furgones de antidisturbios, que en el trayecto a Sol han acompañado a este apoyo de la Acampada Dignidad, han comenzado a salir efectivos que han ido siguiéndoles a pie a corta distancia.  


Cerco policial 

En los aledaños de la plaza, la UIP ha ido creando barreras de policías en las calles de acceso a la misma, provocando que el grupo se dispersara y callejeara por los alrededores buscando un acceso libre al fortín de la acampada. En un momento dado, en la calle del Carmen un grupúsculo de jóvenes desgajado del bloque que venía de Ministerios ha sido rodeado por los antidisturbios y encerrado en un perímetro de "seguridad pública", según han explicado los uniformados a los viandantes que tenían que desviar la marcha o cruzar por el margen de ese rectángulo de tensión instalado en mitad de la calle. 


El objetivo de la UIP no era otro que tener identificados a los jóvenes por si se producía algún incidente en la plaza, algo harto improbable pues lo que se pretende es la continuidad. Tras las filiaciones, el grupo se ha reunido con los congregados en Sol formando una asamblea con una afluencia de más de un centenar de personas. En el megáfono se sucedían las arengas y las premisas a seguir para pasar la noche en la plaza. Nueve personas han ofrecido sus domicilios a los acampados para asearse y continuar indefinidamente. Pasada la medianoche unas cincuenta personas se han acomodado en el suelo junto a la estatua de Carlos III, seis furgones de la Policía han permanecido en a poca distancia con los antidisturbios dentro guareciéndose del frío. 


La cena compartida, los cartones sobre el frío suelo, las mantas y el eficaz calor humano han sido las armas usadas por los concentrados para combatir el frío seco de Madrid. Una chica de Elche se ha quedado en la plaza después de todo el fin de semana en la capital, ha dicho que si no lo hace cuando parta mañana se arrepentirá de no haber pasado la última noche allí. Quiere formar parte de esa semilla que nace del abono del 15M y el tiesto de la Acampada Sol, experimento que no fue finito ya que ahora los indignados quieren dejar de serlo, y para ello no hay mejor lugar que la Acampada Dignidad.


Texto: Miguel Ángel Valero
Fotos: Áxel Álvarez



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